viernes, 20 de junio de 2008

Mi medalla de San Patricio

Esa es la medalla que llevo puesta desde hace varios meses ya. Ese es San Patricio. Es la medalla que nos dan a todos los egresados del colegio. Es por eso que no me hace sentir especial ya que todos la tenemos, pero sé que somos muy pocos los que la usamos. Yo la uso porque me trae muy buenos recuerdos, de los mejores que viví. Y eso sí me hace sentir especial. Mi último año en el colegio fue simplemente espectacular, la noche en que recibí la medalla fue muy especial y al mirar a San Patricio colgando de mi cuello vienen a mi cabeza tantos recuerdos, que me hacen juntar fuerzas, sentirme bien, feliz, y seguir adelante. Siento que toda mi gente querida que quedó en el colegio me acompaña en esa medallita, que todo lo que viví está conmigo y para sentirme bien con un gran pasado, sólo me basta con mirarla.

Hace unas noches me acosté en mi cama para dormirme y empezaron a venir a mi cabeza momentos espectaculares de mi secundario. Me sentía cada vez mejor con lo que recordaba, cada vez más acompañada, menos olvidada, todavía dentro de esa gente. Instintivamente agarré la medallita con mi mano izquierda como quien trata de estar seguro que todavía estaba allí, colgando de mi cuello. Y la sentí conmigo, la sentí en mis dedos. Y de repente otro recuerdo, aún más antiguo vino a mí.

Me acordé que muchos años atrás dormía en esa misma posición. De costado sigo durmiendo, desde siempre. Pero hace muchos años dormía de costado y siempre con la medallita que tenía colgada en mi mano. Lo recordé como cuando uno de repente se acuerda de algo que soñó. Quizás si alguien me hubiese preguntado si alguna vez dormí con una medallita entre mis dedos, hubiese respondido que no. Fue un recuerdo que había quedado muy oculto. Quizás cuando dejé de hacerlo, nunca me acordé que en el algún momento lo había hecho. Pero al estar en esa misma posición en la que me dormía todas las noches muchos años atrás, sentir la misma sensación de que la medallita se cae de mis dedos, y queda en la palma de mi mano, volvió a mi mente esa niña que no sé por qué colocaba una medallita en sus dedos para dormirse.

Simplemente recuerdos de mi niñez que volvieron a mí gracias a esta medalla de San Patricio que me acompaña, junto con tantos recuerdos más.

2 comentarios:

Jota dijo...

No es la medalla de San Patricio lo que me trae acá, aunque entiendo la importancia para tu vida...

Ahora bien: encontrar, así sea en un perfil de un blog, a una persona que no coma verduras crudas, me hace pensar que no estoy solo en el mundo!!!!!!

gracias, gracias de verdad por no comer verduras crudas. Esto demuestra que no soy el único que puede vivir sin eso a pesar de lo que dicen muchos...

Suerte con la formación en escritura; todos estamos en eso, calculo...

beso

ahora chusmeo más atentamente el blog...

Nicolas Manservigi dijo...

Me gusto la emdalla. Es grande?

Los recuerdos lindos son hermosos, y mas si se tiene algo concreto con que atraerlos.

Besos Vale.