miércoles, 29 de septiembre de 2010

Quisiera ser viento

Quisiera ser viento para recorrer enormes distancias a grandes velocidades. Volar sobre todos los relieves, contemplar todos los paisajes. Al toparme con una montaña, ascender; al enojarme, chocar contra paredes; y al enamorarme, presumirte despeinándote con una suave brisa.

Quisiera envolverte al atardecer en una playa, impulsar barcas y peinar árboles a mi antojo. Erosionar montañas con admirables formas y acariciar las plumas de los pájaros. Ser viento frío y también brisa cálida. Acudir cuando me llamen, y también hacerme desear.

Quisiera elevar granos de arena hasta ondear la superficie de las dunas, y desviar del trayecto vertical a cada gota de lluvia. Hacer que duelan sobre algunos cuerpos, y que los niños abran sus bocas enormes mirando al cielo.

Quisiera despeinar las superficies de todos los lagos del mundo y dibujar con las hojas caídas en el otoño.

Quisiera ser el viento que te quite algún papel de los dedos para que lo persigas mientras te divierto un rato, o levantar la pollera de alguna Marilyn moderna o la corbata de un serio y de alto cargo señor empresario.

Quisiera ser viento para robarme algunos globos de colores y elevar cometas. Coleccionarlas y catalogarlas por sus formas y colores. Quisiera dirigir parapentes.

Quisiera ser el viento que corra siempre a tu favor, te traería el sol, o alguna bandada de gorriones para verte sonreír.

Quisiera ser viento para flamear banderas de todos los colores y tamaños, para que un niño me reciba extendiendo sus brazos y cerrando sus ojos.

Quisiera ser viento para arquear los tallos de las flores y permitirles otro punto de vista. Para hacerlas aun más hermosas.

Quisiera ser viento para hacer música con el sonido de las hojas de los árboles mientras los balanceo.

Quisiera ser el mismísimo viento que te eleve.

martes, 28 de septiembre de 2010

¡Que la cierres!

¿Qué onda con la gente que siempre deja las puertas abiertas? Entran a mi habitación, por ejemplo, y al irse, no sólo dejan la luz prendida (habiéndola encontrado apagada), sino la puerta abierta. Salen de casa y dejan la puerta abierta. “Ya vuelven”, pero ese “ya vuelvo” son 45 minutos y afuera hace diez grados bajo cero. Abren placares y armarios, quedan abiertos. Hasta la puerta de la heladera llegan a olvidarse de cerrar. ¿Qué creen, que siempre van a tener a alguien que vaya por detrás cerrando todo lo que ustedes abren? ¡No!

viernes, 24 de septiembre de 2010

Invisible

Hacía mucho tiempo que estaba llamándome, porque el sonido ya era demasiado agudo e insoportable. Me di media vuelta rogando que se callara de una vez. Pero no sucedió. Abrí mis ojos y me di cuenta que el despertador, no se apaga sólo. Me levanté de la cama, un día más, tan cansada de lo mismo. Abrí la ducha y mientras se calentaba el agua saqué un jean y una remera del placard. Con el baño logré despabilarme un poco. Me sequé el pelo, me vestí, y bajé las escaleras. Abajo me esperaba mi desayuno en la mesa. ¡Qué bueno!

Café con leche, tostadas con mermelada, y mi hermano que se sentó a mi lado en silencio. Sólo la música que salía del cubo luminoso se escuchaba. Con mi bolso atravesando en diagonal mi espalda y mi madre al volante, me dirigí a la facultad. Quince minutos en silencio. Un universo entero dentro mío, pero nada que valga la pena decir en voz alta.

Las caras de sueño diarias se hicieron presentes y un profesor empezó a hablar, mientras hacía chistes de los que nadie se reía. Yo seguí en mis universos que se entrelazaban de maneras increíbles. Creo que no escuché ni la mitad de lo que el chistoso hombre dijo. Por suerte, tampoco se le ocurrió preguntarme nada. Es más, creo que ni con sus ojos tuve que cruzarme, por suerte.

Docenas de pies se arrastraron por aquel pasillo, mientras los rayos ya elevados del sol de primavera nos encandilaban después de la adormecida clase.

Hablaban entre ellas. Creo que de un vestido, del tiro de un pantalón, de alguna fiesta. Me aburrí. No emití comentario. Rodeamos una mesa negra en el bar y me quedé en las noticias que pasaba aquel otro cubo luminoso. Todo malo. Preferí perderme entre los árboles que se mecían detrás del vidrio un poco sucio y el cielo celeste intenso. Ellas hablaban ahora de alguna famosa adolescente de la provincia, que anda con éste, que anda con aquel, que la conocí acá, y yo allá. Ellos hablan de un videojuego. Prefiero mirar los teros que caminan tímidos entre el césped mientras sigo con mis propios personajes. Hora de levantarse y aguantar otra clase. Tal vez un poco más interesante, pero igual de lejana y silenciosa.

Al salir de allí, con mi boca aún cerrada, sin haber encontrado algo interesante que compartir, o alguien que me exija una respuesta, mis ojos se clavaron lejos, en una azul e intensa mirada. La única mirada con la que me crucé durante esa mañana. Fue corta, pero intensa. Y nos separamos. En silencio volví a casa.

Almorcé entre rostros cansados e hipnotizados, entre voces dormidas y rostros violáceos. Luego de un café y un chocolate, proyecté parte de mis universos. Algo cayó en papel, algo en pantalla. La música me ayudó a escupir un poco. Pasó mi hermano, buscó lo que necesitaba y se fue. Pasó mi madre, le dijo algunas palabras al aire y siguió su camino.

Me cansé. Entré al baño, abrí la canilla fría, puse mis manos bajo el agua unos segundos y luego me mojé la cara, me mojé hasta el cuello. Elevé mis ojos hacia el espejo y no me vi. No estaba. No había nadie allí.

Otro día en el que había sido invisible y yo recién me daba cuenta.

martes, 21 de septiembre de 2010

Golondrinas

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar.

Tx: Gustavo A. Bécquer, Volverán las oscuras golondrinas | Ph: google.com | Edición: Valebé

sábado, 18 de septiembre de 2010

Tótem de origami

Un trabajo para la materia Lenguaje Visual II consistió en representar el "otro yo", mostrando características, sueños, miedos que llevamos cada uno dentro. La técnica y tamaño fueron libres. Lo único que debíamos respetar era la estructura de un tótem; es decir, dominante vertical, donde un elemento se ubica sobre otro, y el valor de significación de los elementos representados. Ésta fue mi propuesta.

 
Gracias Isa por adentrarme en el universo del origami 
y por las ayuditas con la realización de los animales.



Tótem | Memoria Descriptiva

Para la realización de mi tótem, utilicé la técnica japonesa de origami (también llamada papiroflexia), que consiste en el doblado de papeles para lograr distintas figuras. Representé distintos animales y los situé en estructura totémica. La significación está dada en dos niveles: a modo global, por la ubicación de los animales en el todo, y a modo particular, en cada animal seleccionado.

En su globalidad, se observa que los animales están ubicados: abajo los marinos, en un nivel superior los terrestres, y luego los aéreos. De este modo represento el ascenso que toda persona tiene a lo largo de su vida, o cada vez que se levanta luego de una caída. Se empieza desde lo más bajo (profundidad del mar), para ascender a distintos niveles (de felicidad, espiritualidad, comprensión, liberación) hasta llegar al vuelo, al despegue, a la paz, representada por la grulla al final del tótem.

En cuanto a la particularidad de los animales, la selección de cada uno tiene que ver con una característica mía o alguna de la especie con la que me siento identificada.

Los peces, a mi modo de ver, representan el valor y la valentía. Al tenerle fobia a la profundidad del agua, ya sea del mar o una pileta, considero que los peces, a pesar de ser animales pequeños, poseen mucho valor para poder vivir ahí dentro, en ese mundo tan lleno de misterios para mí, entre tantos animales enormes que se alimentan de ellos. Representan esa fobia que hay en mí, y a su vez, la valentía que, en ese ámbito, carezco.

El elefante se ubica como centro y torso del tótem, debido a su gran tamaño, que por sus movimientos, actitudes y forma de vida, me representa sabiduría, estabilidad e inteligencia. Son características de las que siempre busco más, y conforman ese centro o torso al que regreso cada vez que empiezo a tambalearme.

Los gatos, a modo de representación de todos los felinos, se ubican como mi especie favorita debido a que mantienen los pies en la tierra, saben cómo disfrutarla, pero cuando se cansan o algo aquí abajo no les gusta, trepan los árboles, tan alto como quieren, y allí se quedan. A mí modo de ver, los felinos, sobre todo leopardos, tigres y gatos, tienen un alto nivel de espiritualidad, por lo que los coloco en un nivel más alto que el elefante. Además admiro su capacidad de autosuficiencia, su soledad y altanería.

Los búhos o las lechuzas, además de gustarme mucho por su belleza, siento que me representan por su capacidad de observación. En silencio y tan quietas, sólo girando su cuello, observan todo, conocen y analizan cada situación que los rodea.

La grulla, en Japón, es el símbolo de la paz y la coloqué volando, despegándose del resto, representando mis ansias de paz y vuelo, a modo de destino u objetivo final en la estructura o la propia vida.

Autores de los animales:
Pez | Davor Vinko
Elefante | Li Jun
Gato | Jo Nakashima
Búho | Davor Vinko
Grulla | Tsuru

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Vos

Floto entre las constelaciones de lunares en tu espalda. Me refugio del frío y la frialdad del mundo, allí donde más se aglomeran. Navego entre cascadas de miel con forma de toboganes en tus cabellos. Me deslizo por ellos y soy niña otra vez. Soy la niña que de vos se enamoró. Sos esa mirada que me conquistó. Soy aquellas palabras que no comprendía del todo y se iban instalando tan dentro mío. Pedías permiso. Preguntabas constantemente.

Lo encontré en algún lado. Tiene varios meses ya. No sé cuántos.

viernes, 10 de septiembre de 2010

No quiero extrañarte tanto

Quisiera saber dónde está lo que se nos perdió. Dónde se metió lo que nos falta y cómo saco todo esto que sobra. Quisiera darte todo lo que alguna vez supe darte, o te di sin siquiera saberlo. Quisiera que vuelvas a encontrarte entre mis ojos. Que sepas perdonar y ya no gritar. Que tus ojos me digan más, que volvamos a entendernos con sólo mirarnos. Que me tiemblen las piernas al abrazarte, que me explote el pecho al verte. Que me sorprendas. Quisiera que tu paz esté de nuevo en mi sonrisa. Que mi refugio sean de nuevo tus letras. Que brillemos otra vez. Que tiñamos la habitación de colores. Que el mundo nos sepa enormes. Que no hagan falta los cuerpos ni los planes. Que no nos falte el amor. Quisiera que liberemos nuestras almas, volvamos a dejarnos caer sin riendas ni armaduras. Sin reglas. Que el mundo sea nuestro otra vez y todo esté para conocer. Que los relojes no nos apuren y el frío no nos asuste. Dejemos que el sudor corra tranquilo y que las mentes se liberen. Que solo nuestros brazos nos cubran. No vamos a hacernos daño. Te prometo que vamos a cuidarnos. Te aseguro que podemos ser muy grandes. Dejame que vuelva, que llore un poco y después te bese. Volvamos a intentarlo. Por favor. Yo lo quiero, y espero que vos también. Como sea, hoy quiero pelearla. No voy a darme por vencida ahora que te he encontrado. Ayudame. Volvamos a intentarlo. Estoy necesitando tu paz, tu luz y tu grandeza.

martes, 7 de septiembre de 2010

Imploro tregua (fragmento)

Y digo que tengo fuerzas, que voy a seguir peleando. Que voy a amanecer, voy a colocarme la capa y el antifaz y con mi espada en mano voy a salir, dispuesta a lo que venga. A dar mi vida por esta causa. Pero se pierde, se difumina aquella imagen. De verdad, ya no sé si quedan fuerzas. A veces siento que se me han acabado. Pienso que cuando llegue el momento aparecerán de algún lado, y me elevaré de cara al sol a buscarte... pero me siento tan débil, tan débil... que tal vez sólo me deje caer en la calle y apoye mi cabeza sobre el cordón de la vereda. Y olvide mi espada a mi lado, y algún automóvil la aplaste y la deforme. Tengo miedo de no poder sostenerme en pie. Tengo miedo de que mis fuerzas se acaben, de que la paciencia se me pudra, y las ganas se corroan. No quiero, te juro que no quiero... pero ya ni sé. Soy tan débil...

Vení, acercate en silencio... volvé. Dejame que te vea como sos, como eras, como te conocí. No te pongas ninguna máscara ni armadura hoy. Por favor. Quiero pelear por vos, para vos. Nunca contra vos. Si nos atacan tenés lugar bajo mi capa y detrás de mi escudo. Te voy a estar cuidando. No me frunzas el seño, sólo mirame. Dejate ser. Respirá. Yo te cuido. Por favor, no vuelvas a decirlo, no me grites, no tengo fuerza para defenderme. Dale, dejá tu espada a un costado y abrazame. Fuerte. Muy fuerte. Volvé a dejar tu forma en mi pecho. Volvé a decirme qué ves cuando me ves. Volvé a acariciarme el alma. Bueno, secame las lágrimas, pero despacito, que me duelen los ojos; han visto mucha oscuridad. No me preguntes nada. Abrazame mientras mojo tu hombro con lágrimas saladas. No me dejes ir. Nunca me sueltes.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Just believe

- She went to Neverland. And you can visit her 
any time you like if you just go there yourself.
- How?
- By believing, Peter. Just believe.

[- Ella se fue a la Tierra de Nunca Jamás. Y puedes visitarla 
cada vez que quieras si vas tu mismo allí.
- ¿Cómo?
- Creyendo, Peter. Sólo cree.]

Tx: Mr. Barrie and Peter, Finding Neverland | Ph: imdb.com | Edición: Valebé

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Puntualidad

¿Qué onda con la gente que siempre llega tarde? Tienden a ser siempre los mismos. Pero más curioso es cuando las excusas empiezan a repetirse. Y algunos hasta llegan al famoso “y bueno… soy impuntual.” Sos, porque querés serlo, no me jodas. Ya sabés cuánto demorás en bañarte, en vestirte, o en lo que sea que hagas antes de salir. Mirá el reloj y calculá el tiempo. Cinco o diez minutos, algún imprevisto (si es verdad), está todo bien. Pero loco… ¡vamos! Media pila, y nos respetemos un poco.