lunes, 30 de junio de 2008

Fuego

El fuego tiene el poder de la luz, el fuego tiene el poder del calor, del encuentro y del amor. El fuego es símbolo, el fuego es arma. Descubrir el fuego fue uno de los mayores avances: le permitió al hombre ver en la oscuridad, no sufrir frío, cocinar sus alimentos. Pero poco a poco sus utilidades se expandieron y comenzó a ser utilizado para matar, para hacer sufrir a otras personas, no sólo a animales. En cierto momento el fuego nos unía y nos ayudaba, luego nos mataba y nos jugaba en contra. El fuego ayuda a vivir, el fuego mata.

Una fogata tiene mucho valor sentimental y simbólico también. Estar con un grupo de amigos rodeando un fogón nos lleva a miles de reflexiones, todas generalmente muy positivas. Nos lleva a desear un mundo mejor, a fortalecer nuestros lazos. Actualmente es muy común una guitarreada rodeando un fogón, una charla, una ronda de chistes.

El fuego, esa herramienta primera del hombre, esa razón que nos hace pensar, ese instrumento que crea confusión e incógnitas en el origen y el nacimiento de todos los fenómenos.

También nos da miedo. O nos daba miedo cuando éramos chicos. Al ver esa gran masa naranja subir cada vez más alto y reproducir formas extrañas que se mueven de aquí para allá, que se comen unos a otros. Esas imágenes que después quedaban en nuestra cabeza toda la noche, que iban y venían de nuestros sueños. Esas imágenes que nos dicen tanto, que nos traen tantos recuerdos, que se mueven por sí solas.

A veces vemos la cara de un ser querido, y muchas veces faltante, en esas llamas. Esa persona que se extraña aparece en nuestras mentes cuando vemos el fuego, así como aparece también en los dibujos extraños. A veces vemos a esa persona querida detrás del fuego, o sentada al lado nuestro y pensamos cuánto la queremos y cuánto bien le deseamos.

El fuego, esa masa que emana tanto calor. Ese poder sobrenatural que nos hace transpirar aun cuando tenemos frío. Esa fuerza que ayuda con todos los descubrimientos científicos. La luz que nos guía de noche, la luz que nos guía al morir.

Y también un arma mortal. El fuego mata. Es muy curioso como el hombre de a poco se fue haciendo tan amigo del fuego hasta tenerle la suficiente confianza como para usarlo para matar a otras personas. Él nos ayudaba en todo lo que hacíamos y de a poco supimos engañarlo. De a poco comenzamos a utilizar tanta bondad y a convertirla en maldad. Tantos poderes que nos brinda el fuego fueron usados para otra causa, para un mal. El matar a otra persona es un pecado. Y el matarla usando fuego es abusarnos del poder que el fuego nos otorgó para cosas buenas. Es pasar por encima la autoridad que el fuego realmente tiene sobre nosotros.

Es peligroso jugar con fuego, podemos lastimarnos. No debemos ni en broma apuntar a alguien con fuego. Cada tanto debemos reflexionar sobre el tan poderoso y aprovechar sus ofrendas. A él le gusta ayudarnos y brindarnos cosas buenas, pero no quiere matar. El hombre es el que se apodera de él y mata.

Por más que la ciencia y la tecnología avanzaron, el fuego sigue siendo nuestro compañero desde los primeros tiempos, nuestro acompañante desde que lo descubrimos. Es la gran ayuda que nos lleva a seguir con todo, y no debemos defraudarlo.

“Descubriste el fuego, para facilitar tu vida, y ahora lo usas para encabezar” La Ley

Escrito: 15/03/07

Ph de VB

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