miércoles, 17 de noviembre de 2010

Imborrable

There’s just too much that time cannot erase.

[Simplemente hay demasiado que el tiempo no puede borrar.]

Tx: Amy Lee, My Inmortal | Ph: google.com | Edición: Valebé

lunes, 15 de noviembre de 2010

Entrega

Quiero darte el calor de la profundidad de mi mirada.
Y que tus ojos no se cierren, para que la acojas.

Quiero darte el brillo de cada agujerito en mi sonrisa.
Y que se encienda la tuya, para que no se sienta sola.

Quiero darte la inmensidad de mi abrazo.
Y que sea doblemente inmenso junto al tuyo.

Quiero darte todos los compartimentos de mi corazón.
Y saber que nunca vas a intentar dañarlos.

Quiero darte todo lo que soy y lo que siento.
Y saber que sentís lo mismo, y saber que somos uno.

Quiero darte mi vida entera.
Y que la cuides. A capa y espada la defiendas.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Enredos de palabras

Cuando hablo se me atolondran las palabras. Se amontonan todas en mi boca y se pelean por quién sale antes. Empujan, y con tal de salir, salen incompletas, aún cuando todavía no estaban listas para el mundo. Muchas quedan dentro y muchas terminan enredadas.

En cambio, cuando escribo, tienen más coherencia, salen un poco más en fila y tono. Ninguna se apura porque sabe que siempre hay lugar para ella. Tienen ritmo y se hacen entender. Un poco más.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Papeles papeludos

¿Qué onda con la gente que tira papeles en el piso? Me sacan, ¡me sacan de las casillas! ¿Tan difícil es meterse el papelito en el bolsillo algunos metros, hasta que lleguen al basurero? ¿Tanto esfuerzo es dejar el papelito dentro del auto hasta que lleguen a sus casas y lo tiren en sus tachos?

No suelo tener este tipo de pensamientos, pero cuando vi que esa nena (que me había enternecido segundos antes) tiró el chicle en el piso del colectivo, le rogué a los astros que se le pegue debajo de su propio zapato, y se le derrita y se le pegotee entero, y le cueste muchísimo trabajo sacarlo después. Pero no; tuvo que pegársele al pobre viejo que se sentó en su asiento después.

Tiren su basura en el piso de su propia casa, peguensé los chicles en sus propios zapatos, pongansé el envase de yogurt de sombrero y coloquen el envoltorio de alfajor donde les quepa, pero no en la vía pública, que después todos tenemos que pisar e ir esquivando. Y no me vengan con que sino los barrenderos no tendrían trabajo; siempre hay hojas de árboles y ramitas secas que barrer. ¿No sería mucho más lindo que sólo con ellas nos tropecemos?

domingo, 7 de noviembre de 2010

¿Quién está más loco?

Yo soy más racional que ustedes. Respondo racionalmente a los estímulos. Si alguien sufre, lo consuelo. Alguien me pide ayuda, se la doy. ¿Por qué entonces usted cree que estoy loco? Si alguien me mira, lo miro. Alguien me habla, lo escucho. Ustedes se han ido volviendo locos de a poco por no reconocer estos estímulos. Simplemente por haber ido ignorándolos. Alguien se muere, y ustedes lo dejan morir. Alguien pide ayuda, y ustedes miran para otro lado. Alguien tiene hambre y ustedes dilapidan lo que tienen. Alguien se muere de tristeza, y ustedes lo encierran para no verlo.

Tx: Rantés, Hombre mirando al sudeste | Ph: google.com | Edición: Valebé

Please come back II

Te extraño, ¿sabías?

Hace varios días ya que las agujas de todos los relojes juegan a la mancha congelada y el sol y la luna se pelean por quién demora más en aparecer. Los días se hacen eternos, y el tiempo no me sirve de nada si no lo puedo pasar con vos. ¿Para qué quiero tantos minutos ahora si ni uno va a ser de tu mano?

Me acuesto temprano para que la noche pase rápido y llegue un nuevo día. Pero a las cuatro de la mañana me caigo del sueño y me doy cuenta que sigo en mi cama, que todavía es de noche y que todavía me resta seguir esperando.

Quiero robarte de donde estés y llevarte conmigo. Lejos, muy lejos. Tan lejos que nadie nos va a encontrar, nadie nos va a molestar.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Aprendiendo a sentirte

Te siento aquí. Y es tan simple como eso. Te siento a cada paso que doy, en cada sonrisa que dibujo, en cada minuto que desemboca en vos. Ojalá desembocaran en tu boca... Hoy sólo puedo sentirte, a la distancia. Y lo hago. Creeme que estás acá mismo. Siento tu mirada de reojo siempre desde algún rincón cercano. Siento que me observás, entonces me relajo y sonrío. Es a vos a quien sonrío porque sé que en alguna paloma de tu plaza, o tero de mi casa, esa sonrisa viaja. Tal vez en alguna peatonal transitada de caras largas, alguien te cruza y te sonríe. Esa... esa soy yo. Y sé que a tantos kilómetros de distancia, ya aprendiste a encontrarme. Te sonrío en la viejita de la mano arrugada. En el señor del bastón blanco que sube al colectivo sin pedir ayuda. En la nena de ojos verdes que tiene la cara llena de helado de frutilla. Y sé que me encontrás porque después yo te encuentro en la melodía que todavía no conocés, en las palabras que me están creando y no te imaginás de qué forma. Te siento respirar sobre mi hombro. Un par de ojos suspendidos entre tanta multitud me dejan completamente segura de que estás, de que no te fuiste del todo. Que vas a volver. Y que no será en vano tanta espera.

Astros

Invitame a ver la luna desde tu ventana, a tocar el cielo con nuestras manos, a reír como el sol, hasta llover en los ojos sobre las más enormes sonrisas.