sábado, 30 de abril de 2011

Sos una de mis razones

-El mundo es una porquería.
Martín reaccionó.
-¡No, Alejandra! ¡En el mundo hay muchas cosas lindas!
Ella lo miró, quizás pensando en su pobreza, en su madre, en su soledad:
¡todavía era capaz de encontrar maravillas en el mundo!
Una sonrisa irónica se superpuso a su primera expresión de ternura
haciéndola contraer, como un ácido sobre una piel muy delicada.
-¿Cuáles?
-¡Muchas, Alejandra! –exclamó Martín apretando una mano de ella 
sobre su pecho-. Esa música… un hombre como Vania… 
y sobre todo vos, Alejandra… vos…

Tx: Ernesto Sábato, Sobre héroes y tumbas | Ph: google.com | Edición: Valebé

jueves, 21 de abril de 2011

Robo

Voy a confesarte que anoche te he robado algo más que un beso. Por miedo a que te vayas. Por miedo a que no vuelvas. Para darte una excusa. Para volver a llamarte.

miércoles, 13 de abril de 2011

Cambiando mis noches

¿Qué onda con las almohadas nuevas?
Hoy vengo a confesar algo, una banalidad, sin importancia ni trascendencia para ustedes, pero casi la causa de mi insomnio. Es una sensación horrorosa, espantosa, que se ha ido repitiendo desde hace exactamente cinco noches, cuando por razones que no vienen al caso (alergia y madre atenta, protectora y preocupada) cambié de almohada. Desde esa trágica noche en que me quitaron mi tan preciado rectángulo de esponja y algodones, no puedo dormir en paz. Siento que me han cambiado de amante sin siquiera preguntarme. Han manoteado entre mis más profundas sensaciones quitándome a mi cuidadora, mi compañía, mi compañera. Me la quitaron, me la cambiaron, me la escondieron. Y a cambio obtuve otro pedazo de esponja (bastante más plástico) donde descansar (¡descansar! ¡Hace cinco noches que no lo logro!) mi cabeza. Pensé que bastaría con unos pocos minutos para acomodar mi cuello a esa nueva altura. ¡Pero no! Es alguien, es algo completamente distinto. Hasta su olor es otro; detalle en el que nunca pensé que iría a detenerme. El olor de mi propia almohada, ¡por favor! Pero es otro; uno muy distinto. Y no es mío; tampoco es suyo. Y nunca lo será. Que todos lo sepan: ¡esto no me pertenece! Este nuevo pedazo de esponja cubierta por una funda blanca es una intrusa. No me conoce, ni sabe de mis gustos, ni de mis largas noches, ni confesiones. No es mi almohada de tantos años, ni mi compañera de siempre, y no me será fácil acostumbrarme.

sábado, 2 de abril de 2011

Más adentro, más adentro

Mar adentro, mar adentro,
y en la ingravidez del fondo
donde se cumplen los sueños,
se juntan dos voluntades
para cumplir un deseo.

Un beso enciende la vida
con un relámpago y un trueno,
y en una metamorfosis
mi cuerpo no es ya mi cuerpo;
es como penetrar al centro del universo:

El abrazo más pueril,
y el más puro de los besos,
hasta vernos reducidos
en un único deseo:

Tu mirada y mi mirada
como un eco repitiendo, sin palabras:
más adentro, más adentro,
hasta el más allá del todo
por la sangre y por los huesos.

Pero me despierto siempre
y siempre quiero estar muerto
para seguir con mi boca
enredada en tus cabellos.

Tx: Alejandro Amenábar, Mar adentro | Ph: imdb.com | Edición: Valebé