lunes, 30 de junio de 2008

Aquella sombra oscura

Siento como si alguna sombra oscura y pesada se hubiera depositado en mi cuerpo, se hubiera acurrucado junto a algún órgano y esté viviendo a expensas mías. Como si algún extraño ser me quitara las ganas, la emoción, el entusiasmo y sólo me dejara cansancio y sueño encima. Las cosas pendientes dan vueltas en mi cabeza y generan un leve dolor que ya es suficiente como para ser molesto. El calor derrite mis ideas y deja caer mis brazos a la fuerza de la gravedad sin ningún tipo de expresión. Duermo bien, más de lo normal, lo que debería dormir siempre, pero siento sueño. Los párpados me pesan, la concentración se separa de mi cabeza y vuela. Vuela alto, donde no escucha las clases y después no me permite entender. Todavía no llegué a una semana de estrés… todavía tengo tiempo libre y tiempo para mí. Toco la guitarra, leo, duermo. Pero me siento agotada, cansada. Me río porque alguien me dice algo gracioso pero siento que los músculos de mi cara no responden y simplemente esbozan una sonrisa que da la sensación de falsedad, que no demuestra mi felicidad, sino que demuestra mi cansancio. Siento que aquella sombra aprieta cada vez más mi estómago, no me deja comer, da vueltas generando la sensación de mariposas revoloteando en mis adentros. Y sé que en un par de días voy a eliminar a la sombra que me absorbe de a poco. Sé que voy a encontrar la forma de hacerlo. Voy a volver a dormir poco, a estresarme, a estudiar, a no tener tiempo para mí. Voy a volver a lo que soy generalmente.

Escrito en noviembre del 2007

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