sábado, 1 de diciembre de 2007

A mi querida abuela


A vos, que cuando yo era niña
Me cuidabas y me mimabas sin protestar.
A vos, que todos los días ibas a casa,
Y que aun hoy aparecés con chupetines.

A vos, mi abuela que feliz me recibía,
Tu casa era mía por unas horas.
“Mamá, ¿cuándo voy de nuevo a lo de la abu?”
“Papá, ¿viene hoy la abuela?”

Y yo feliz iba a tu humilde hogar,
Cuando yo quería prendía la tele,
Tu heladera siempre con gaseosa,
Abría un potecito y ¡qué ricos caramelos!

A vos que me viste crecer,
A vos que te alegrás con mis méritos
Y te entrsistecés con mis caídas;
A vos, mi abuela querida de siempre.

Vos veías esas cosas llamadas “novelas”
Y yo te preguntaba que tenían de divertido,
Mientras te hacía un dibujito
Haciendo ruido con mis dientes y el chupetín.

Mi abuela, siempre alegre al escuchar mi voz,
Siempre dispuesta a escuchar mis historias,
Pero no tan divertidas y emocionantes
Como las que vos me relatabas.

Todo tu saber me quisiste transmitir,
Toda tu vida me quisiste contar
Y con tu poca jubilación
Siempre había monedas para mí.

En el arbolito de Navidad
Tu regalito nunca faltó;
Yo esperaba el día de Pascuas
Para comer tu “gran huevo”.

Antes recibía muñecas, vestidos,
Caramelos, peines y peluches,
Pero mi cuerpo creció y mi mente también,
Esas cosas ya no me divierten.

Y tan sabia sos, que te diste cuenta;
Más grande me encuentro,
No recibo más muñecas y vestidos,
Ahora me mandas libros y más libros.

Tu deseo es que yo aprenda,
Que en todo yo triunfe.
Pero abuela, quedate tranquila,
Que por vos yo todo haría.

Y aunque ya no voy tan seguido,
Tu casa es sólo un paseo en estos días,
Cada vez que entro en ella,
Cataratas de recuerdos me invaden.

Esos recuerdos, esas imágenes,
De felicidad, llanto, capricho e ilusión
Que con vos, abuela, yo viví
Nunca se desvanecerán.

Llegar a tu casa, gran paraíso,
Investigué rincón por rincón,
Cajón por cajón yo abrí y,
Siempre un recuerdo para mí encontré.

Quizás unas retadas por ahí,
Tal vez algunas travesuras.
Pero sé que sólo querés que yo aprenda
Quisiste verme tal cual soy.

Cuánto daría abuelita mía,
Por volver a tu casa otra vez,
Pero el tiempo pasó, y yo crecí;
Y ahora puedo cuidarme sola.

Tu ayuda me sirvió muchísimo,
Quizás ahora vos necesites la mía,
Así que con todo lo que te debo,
No dudes que aquí estoy por vos.

Me gustaría vivir por siempre,
Me gustaría que vivas conmigo.
Pero la vida en la tierra no es eterna,
Como sabemos las dos, arriba sí lo es.

Por eso te pido que si Dios te llama a vos
Antes que a mí, no te preocupes abuela,
Luego iré hacia vos, te volveré a ver y
Quiero que me vuelvas a mimar.

Porque así con algunos problemas,
Todavía te necesito, todavía te amo.
Abuelita mía no sé como agradecerte
Todo lo que por mí hiciste.

Podés estar segura
Que de vos nunca me voy a olvidar
Como yo sé que no vas a dejar jamás
De cuidarme, mimarme y ayudarme.


(Mayo de 2006)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Valen, admiro mucho tus múltiples talentos y, sobre todo, admiro tu manera de escribir, de reflejar todo lo que tenes adentro de una manera tan concreta y coherente, y aun asi tan llena de sentimientos. Tanto en primera como en tercera persona, tus escritos transmiten talento y sensibilidad, y tu forma de expresarte es una manera genial de poder conocerte.

Saludos!

Anónimo dijo...

Hermosisimo lo que plasmaste sobre tus abuelas!! Es lo que siento cuando me acuerdo de ellas y o que veo y siento cuando Fran y Lou me preguntan por sus abuelos.
Bellísimo.