sábado, 5 de febrero de 2011

Un pequeño ángel

Semáforo en rojo. Freno. Un auto negro se detiene a mi lado. Siento que me observan, entonces giro mi cabeza hacia la izquierda. Sí, definitivamente me observan. Un par de ojos curiosos detrás del cristal a medio bajar me miran atentos, contorneados por unos rulos de no más de un año. Una pequeña manito apoyada contra el vidrio me lleva a fijar mis pupilas en una sonrisa picarona. No puedo evitarlo. Sonrío. Sigue mirándome fijamente (y yo a él). Levanta tímidamente su manito sobre el borde del cristal. Se acomoda de rodillas, erguido, y agita su manito en un saludo, mientras su sonrisa se hace más intensa. Vuelve a agacharse detrás del vidrio. Devuelvo el saludo con mi mano, mucho más grande y huesuda. Espío rápidamente, sin querer perder el contacto visual, y el semáforo sigue en rojo. Entonces vuelvo a él. Sigue sonriendo e ignora completamente la existencia o significado de las tres luces de colores. Vuelve a erguirse, sonreír con los ojitos entrecerrados y saludarme. Ya casi agonizo de tanta ternura. No deja de agitar su manito, entonces al mismo tiempo, agito la mía. Y le sonrío mostrando todos mis dientes. Ríe. Lo escucho. Su manito se detiene, se pone serio, arruga sus labios y me tira un beso, cuyo ruido llego a escuchar. Noto que el auto delante de mí arranca. Entonces le devuelvo otro beso mientras comienzo a acelerar muy lentamente. Miro hacia delante, corroboro que el semáforo está en verde, que los autos ya van mucho más adelante, lo miro de reojo, acelero, avanzo, vuelvo a mirarlo, y todo el tiempo sus ojitos siguen fijos en mí. Le sonrío por última vez mientras veo que su auto dobla y yo sigo derecho. Vuelvo a enfocarme en mi carril. Pero mis labios siguen sonriendo.

Él es uno de mis ángeles. Tal vez el ángel que hoy me salvó. Tengo varios. Y todos entran a mi vida de formas similares a ésta. Pero sólo algunos saben quedarse. Y cuidarme.

4 comentarios:

Bettina dijo...

Sos una gran afortunada!!!:)))

Fernando dijo...

Es una hermosísima historia. Hacen falta muchas más historias así, o será que hace falta que estemos lo suficientemente atentos como para verlas pasar a nuestro lado en la rutina diaria. Sos realmente muy afortunada por estas presencias.

Me hay despertado una cierta alegría… cálida, luminosa.

@VASMasAlla dijo...

Me encantó, porque me contagiaste la sonrisa (y la ncesitaba).

Dié dijo...

Que hermosa historia Vale. Me encantó leerte