domingo, 25 de abril de 2010

El (in)esperado encuentro

Caminaba a mi típico paso rápido por esa vereda que conozco ya casi de memoria. Absorta en quién sabe qué universo o delirio, pero atenta a no tropezar con algún pozo o baldosa levantada. Esquivaba gente sin prestarles atención y sin detenerme en ningún rostro esta vez. Y entre tantos gestos irreconocibles, mirando a ningún lado, de repente tuve su imagen frente a mí. ¿Él? ¿Podía ser, acaso, él?

Todo sucedió tan rápido que no tuve tiempo de reaccionar. Entre tantos rostros difusos, el suyo llamó mi atención. Me detuve en seco y recapacité: eran sus ojos azules, su cabello rubio... iba con auriculares. Sí, era él, estaba segura. Di media vuelta sobre mi hombro izquierdo y lo vi de espaldas. Siguió su paso firme. No me vio. O no quiso darse vuelta.

Con los ojos bien abiertos lo observé un instante. Mi cuerpo tenso no respondía. Llevaba unos jeans gastados, una campera negra y una bufanda gris. Él siempre con esa onda europea que a las pequeñas provincias de Argentina no llega. Una lástima, porque aunque nunca pude ver esa onda directamente, pisando suelo europeo, me encanta.

La gente empezó a interferir. Un pelado con un portafolios negro se cruzó entre nosotros. Entonces pestañeé. Volví a clavar mis ojos en su espalda. Una señora regordeta de la mano de su hija lo seguían. Se iba cada vez más lejos. No podía permitirlo. Por fin reaccioné y mis pies se despegaron del suelo. Caminé rápido hasta pasar a la señora con su hija y alcanzarlo. Entonces reduje mi paso, lo mimeticé con su velocidad y me mantuve a dos metros de su campera negra, siguiéndolo.

¡Qué armonía en cada movimiento! Seguro está yendo al ritmo de lo que suena en sus oídos. ¿Qué escuchará? ¿A Freddie Mercury, Michael Jackson o Ennio Morricone? ¿Carla Bruni, Katie Melua o Roxette? Tuve ganas de quitarle un auricular y develar este misterio. ¿Estará pensando en el libro que dejó a medias antes de salir? ¿En cuál leerá después? ¿En la película que vio la noche anterior? Caminaba con tanta seguridad, llenándome de misterios y ganas de descubrirlos. Derrochaba energía, luz y color en todas direcciones.

Hasta el vaivén de sus brazos seguía el ritmo. Tuve ganas de sentir su olor. ¿Se habrá puesto perfume? Me acerqué un poco más y casi me toca con su brazo. Pude alejarme antes de cometer el error de arruinarlo todo.

Lo seguí dos cuadras mirándolo fijamente, pasando de su nuca descubierta al cuello de su campera; de sus rítmicos hombros a sus blancas manos. Todo el trayecto he planeado cómo tocarle el hombro y saludarlo, sorprendida. O pasarlo por su derecha y ver si él me reconoce. O decir su nombre, rogando que justo sea un silencio en su lista de reproducción para que pueda escucharme. Pero no lo hice. No hice nada de lo planeado.

Giró sobre su derecha y entró en un local de ropa muy decidido. ¿Esperarlo? Miré mi reloj. Hacía diez minutos que yo tendría que haber estado en otro sitio y me desvié dos cuadras. Di media vuelta y regresé, a paso aún más rápido, todo el desvío. Acababa de desperdiciar esa oportunidad que por tanto tiempo había esperado, deseado y hasta imaginado. Lo había tenido tan, pero tan cerca... y no me animé. Ni siquiera pude pronunciar su nombre. Ni siquiera tocarle el hombro con mi dedo débil. Y así me fundí en la decepción, en el deseo que se deja escapar como arena entre los dedos, llenándome de valor, lista para el próximo encuentro. Esta vez no te voy a dejar escapar.

8 comentarios:

Fernando dijo...

Alguien muy admirado, alguien muy querido… alguien casi olvidado.

Que la sorpresa, la suerte, el destino, te sorprendan en cada esquina. Lindo leerte, atrapante.

Sol. dijo...

Ah, como sentí ese encuentro lleno de temor. Y de incertidumbre de que iba a pasar hasta el final.
La próxima, alcanzalo y no lo dejes escapar :).
Un beso, Vale =)

Max dijo...

y si te atrevias? y si te saludaba cortezmente y pegaba media vuelta? ni siquiera una ulusión en el horizonte quedaria... quien sabe no??!!
saludos!!

Solano Palacio dijo...

El? porque con mayúsculas?... es un Dios? jaja.. que comentario sonso :P

Mariana dijo...

qué bueno el suspenso, me viene bien a esta hora de la noche.

veo que lo etiquetaste en "cuentos" , pero yo quiero leerlo como "catarsis real o imaginaria", porque a medida que avanzaba por el entramado textual recordé que un momento viví hace poco... y la gente no me creía lo que contaba, salvo porque algunos me vieron pasar corriendo por intentar alcanzar a quien yo creía que era y nunca supe si realmente fue (tuve que correr porque demoré muchos minutos reaccionar, no podía dejar pasar la oportunidad). Supongo que quería no sentirme sola en esa costumbre mía de andar novelizando episodios de mi vida, pero es que realmente son cosas que me pasan!

ja, en fin, te robé el espacio para mi propia catarsis.

salud!

Celeste dijo...

Tierna historia, debiste cumplir ese deseo tuyo y llamarle, quizas no tengas otra oportunidad y la has desperdiciado...
saludos

Anónimo dijo...

QUE LINDO LO QUE ESCRIBIS!

http://denadieemas.blogspot.com/

Finn dijo...

Debes ser valiente, ahora nunca sabremos que hubiera pasado.