jueves, 7 de junio de 2012

Abismos

Retomando este espacio, con letras que ya tienen cinco meses, que escribí desde el mar.

Estoy en ese vertiginoso segundo de silencio entre dos acordes. El que en tan poco tiempo promete abrir tus venas y hacerte explotar. El que explota sin pedir permiso, o sin darte tiempo a responder. Estoy en el grito a toda voz que le falta una bocanada para quebrar el silencio. Estoy en el delgado hilo que todavía une los dos extremos de la cuerda. Estoy en la ola que sigue avanzando siempre a punto de romperse. Estoy en el mar, que de tanto mecerse, ya se ha mareado. Estoy en ese pedacito de caracol que llega a la orilla y se entierra por fin, para quedarse quieto. Se hunde en la arena con las últimas brazadas, para refugiarse y esperar que algún niño curioso lo encuentre, lo desentierre y lo lleve, orgulloso, como su nuevo tesoro. Lo muestre, lo luzca, lo viva. Para cuidarlo, para abrigarlo, para curarlo.

1 comentario:

Lucía dijo...

Pareciera que ese abismo es igual a la profundidad de la esperanza.

Saludos, Vale.