viernes, 30 de octubre de 2009

Catarsis por acumulación de palabras pasajeras...

...pero quizás trascendentes a la mente.

Que si quiero, no debo. Que si debo, no quiero. Que así no se llega a nada, que es un pozo sin fondo. ¿Y si en el abismo aprendo, en la lucha crezco, y en el sufrimiento resisto? ¿Y si camino hacia adelante aún entre las piedras? Sin rocas, mis pies no serán fuertes. Sin rocas no habrá praderas. Sin praderas no habrá verde. Sin praderas no tendré de dónde despegar. No podré volar. Un ala cansada quizás, pero un ala al fin. Un ala que siente, que vive, que cambia. Hogar es el que elijo como tal. ¿Y si no es aquel que llaman casa? Me gustan las excepciones. Soy una excepción. Esa que encuentra el gustito dulce aún en lo más amargo. Que todo pasa, y esto también. Que todo cambia, y yo también. Ser feliz quizás no sea un objetivo. Crecer a cada paso que doy se acerca un poco más a serlo. Crecer hasta ser enorme, pero sin agrandarse mi cuerpo. Llenarme de victorias, de sonrisas punzantes, miradas profundas, y también algunos fracasos y dolores que parecían imposibles y casi irreales. Caminar, correr, y también ir a paso de caracol. Perforarme con palabras que duelan, otras que sorprendan, y hasta que enamoren, aún sin decir nada. Perforarme con el acorde más agudo que le dice mil cosas al alma. Que reta, que pide, que gime, que anhela, que ahorca, grita, desea y mata. Un roce prohibido. El mismo aroma compartido. Brisa suave y a veces tornado. Palabras encerradas, palabras escondidas, palabras vivas, ardiendo, gritando en algún sitio. Silencios que arañan, silencios que calman, y que colman. Que lo llenan todo, pero lo vacían también. Tu mirada todavía viva, atenta, inmensa. Muy dentro mío.


Palabras escritas hace varios días, por cosas que atravesaban mi mente desde hacía un tiempo ya. A falta de escritura, salió así, apurado y apretado.

No hay comentarios.: