lunes, 9 de julio de 2012

Esto que no entiendo

No sé qué es lo que me pasa, o qué es lo que llevo adentro, pero hace meses algo no anda bien bajo estos cabellos despeinados, algo extraño me habita y no sé cómo llegó, ni cuándo. Alguien me habla, me llama, me dice cosas con las voces de mis conocidos, de mis difuntos o hasta de desconocidos. Combina palabras que mi razón nunca se hubiera animado a poner en una misma frase, y otras veces suena un poco más coherente. Trato de no detenerme en ellas, suelo hacer de cuenta que no escucho, pero cada vez que pienso o decido analizar alguna de esas ideas que parecen estar tiradas al azar, encuentro mensajes tremendamente ásperos y crueles que me golpean y me escarban las heridas que yo creía que ya estaban secándose.

Las luces a mi alrededor cambian su potencia y nadie más que yo lo nota. En un pestañeo todo se vuelve rojo, o verde, o azul, donde casi no distingo un objeto de otro, y cuando vuelvo a abrir los ojos, la silla ha vuelto a ser negra y el pasto verde-amarillento. Se me encienden luces que no existen a ambos costados de mi cuerpo. A veces son simples puntos, y otras son trazados garabateados por un niño o por un viejo. Y son de colores, como las luces de neón. Siempre hay algún flash que se desata sin que nadie lo dispare, y nadie más que yo lo nota.

Camino sin mirar el suelo y así me tropiezo bastante seguido con raíces y baldosas sueltas. Estiro mis piernas para saltar el charco al lado de la vereda, pero el salto termina siendo mucho más corto de lo que calculé y de lo que antes podía saltar. Me pregunto qué me estará pasando, si me estaré encogiendo, o si el frío habrá entumecido mis músculos.

Escucho que me llaman, pero al darme vuelta, no hay nadie mirándome. Siento que me miran, pero cuando permito el contacto visual, la gente se me escapa. Siento que voy a destiempo, siempre voy a destiempo. A veces los cuerpos caminan demasiado rápido, hablan, gritan, se ríen a carcajadas y yo me aturdo, me hago chiquita, de verdad, las piernas se me encojen, y todos pasan a mi lado a velocidades atroces que no entiendo, que no puedo seguir ni con la mirada. No entiendo, no entiendo nada.

Me subo a los colectivos sin haberme fijado antes el cartel que indica a dónde se dirigen. Deambulo por las góndolas del súper leyendo el nombre de cada producto y analizando conceptos de diseño, pero no siempre me acuerdo de comprar lo que necesito. Me paso el día abriendo puertas porque sí, pero no puedo dormir si mi puerta queda abierta. A veces, al cerrar los ojos, sigo viendo lo que tengo delante. Me olvido las llaves al salir, y me choco con algún mueble al entrar. Se me duerme una mano, y tengo un talón que cada tanto me da pinchazos. Las perspectivas se me mueven, las luces avanzan muy rápido y luego muy lento, los edificios se hacen más altos si los sigo mirando y las calles se desplazan hacia los costados. Es como si el mundo jugara conmigo y se me burlara.

De verdad que cambian los colores de las cosas. Yo no miento cuando digo que se encienden luces que nadie más ve. Escucho voces, cada vez más seguido escucho voces que me dan mensajes, que me llaman, o que hablan entre ellos como si yo ya no existiera. Ya no me asustan, pero sí empiezan a molestarme.

2 comentarios:

José A. García dijo...

Hay días en los que a la realidad le gusta jugarnos este tipo de bromas.

Saludos

J.

Ale dijo...

vale, siempre en tus palabras tenés la manera de transportarme a lo que sea que te pase, aun sin saber nada de vos en mucho tiempo; yo creo que esos momentos de inquietud, de desafío interno, son necesarios y sirven un montón cuando finalmente los entendes. el drama es el durante.

pero no te amargues porque los cambios son sinónimo de vida, poder sentarte y escribir cosas que te suceden no es algo que todos hagan porque hay gente a la que no le pasa nada o no es capaz de percibirlo; y siempre admiré tu capacidad de percepción. dejate indagar, abrí puertas, pintá colores sobre otros, y no trates de entenderlo... simplemente experimentalo.

a veces es el mejor modo de resolver las cosas :)

pd: extraño saber algo de vos! cuanto sin hablar ya? buuuu