Que viajas y viajas, sigues ese camino establecido,
Nos calmas la sed, nos limpias, nos trasladas.
Sólo tú sabes quién te malgasta, quién te desperdicia.
Agua que riegas nuestra tierra, y nos ayudas con la cocina.
Chocas las rocas, las humedeces con tu dulzura.
En momentos corres, otros caminas, y a veces te estancas.
Vas y vienes, siempre presente, pero no por mucho más.
Cada vez pensamos más en ti, cada vez te buscamos más;
Todos te necesitamos, no te vayas, nunca te termines.
Pero tan rara al observarte en detalles, con atención;
Con esas magníficas características que sólo tú posees.
Me hundo en ti, tu belleza me lleva, me lleva lejos.
Sigo tu curso, sigo tu camino y más lejos llego.
En la inmensa dependencia que nos une, tan cerca.
Llueva, truene o nieve, tú sigues sin quejarte y así avanzas.
A veces no tan suavemente, caes del cielo, y me quejo.
Pero, ¿qué sería sin ti, magnífica y vital, tan pura y transparente?
Tú, que albergas tantas especies, tanta riqueza, tanta vida.
Oh, no te vallas, no nos abandones, sabe perdonar.
Quizás nuestros hijos no puedan utilizarte.
Pero tu magistral belleza persiste y persistirá por siempre.
Tu fluidez, tu rapidez, tu suavidad, tu capacidad.
Tan pura, tan bella, tan rara y a la vez tan tierna.
Fuiste té, fuiste café, y hasta sopa. Fuiste ducha, y caño.
Regadera, lago, represa y océano. Fuiste verano, frío y calor.
El ejemplo de lo insípido, paz, amor, vida y libertad.
Campo de pesca, curso de balsas, medio de transporte.
Y de la misma forma me traes. No te vallas, no.
Tu curso seguiré y tu magistral belleza admiraré.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario