Es una pena que junto con la llegada de la primavera, en Tucumán tenga que haber tanta sequía, tanta tierra en el ambiente. Que no se vea el cerro con los lapachos de colores salteados entre la masa de árboles azulados, que podamos ver el sol una vez que se levantó un poco más que el nivel de smog y no desde que aparece entre los edificios de la ciudad…. Es una pena que tanta belleza compita con todo esto.
Pero aún así, hay quienes saben ver las flores detrás de la nube de tierra, el borde del sol que de a poco se distingue detrás del smog, la belleza de la primavera entre la sequía y el hollín de la caña de azúcar. Hay que saber ver. Intentar ver más allá.
Escrito el 22 de septiembre de 2007
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