domingo, 16 de noviembre de 2008

Silencio mutuo

Está a punto de terminar el día y todavía no hemos hablado. Está a punto de terminar mi día. No soporto más esta tensión, estas ganas desesperadas de verte, pero de que todo haya vuelto a la normalidad. No soporto estos nervios y estos pensamientos que no abandonan mi cabeza. Por eso decido terminar mi día ahora y empezar de nuevo mañana, con nuevos aires, con un nuevo sol.

Está a punto de terminar el día y todavía no hemos hablado. Y sé que terminará sin que hayamos cruzado una palabra. Porque hoy es un día que te siento así, tan lejos mío, y yo tan lejos tuyo. Hoy ninguno de los dos se atrevió a levantar el teléfono ni a marcar unas teclas en un celular. Ninguno de los dos.

Y así como ahora te pienso desesperadamente mientras trato de dormirme para hacer que todo lo que da vueltas en mi cabeza descanse un poco y deje de marearme, supongo que también andaré por tus pensamientos, aunque no esté tan segura de ello. Y mañana amaneceré una vez más pensando en vos y con ganas de volver todo como era antes. Y diré que estuve estudiando toda el día y que cuando me disponía a llamarte me quedé dormida muy temprano en la tarde y no desperté hasta que el sol estuvo muy alto el día siguiente. Y dirás que tuviste que salir de improviso y que el celular no tenía batería y que volviste a una hora que no era apropiada para llamarme. Y ambos creeremos la versión del otro sin estar seguro que la nuestra está siendo creída. Y en el fondo ambos sabemos que no era un buen día para vernos. Que simplemente no queríamos hablar para darnos un tiempo para pensar las cosas y analizarlas cada uno por su lado.

En el fondo, muy en el fondo, los dos sabíamos que ese día no teníamos ganas de escucharnos la voz, pero al siguiente sí. Y no era el día apropiado para volver las cosas como eran antes. Por eso ninguno se atrevió. Pero hoy sí.

5 comentarios:

D.G. dijo...

Me ha encantado!!! que verdad más grande describes, que situación más conocidas por todos, jejejeje.
A veces esa simple camaradería es suficiente para saber que hoy sí, hoy sí es el día...
Gracias!!

India dijo...

aaaaa es asi. a veces simplemnte ese dia no queres hablar. mejor no hablar, a hacerlo sin ganas cierto?


besos escritora

Anónimo dijo...

los domingos son muy melancolicos sobre todo en tucu y sobre todo despues de las 18.... besos


PS: ennio es un genio

VITALIA dijo...

A veces esa espera nos hace sentir morir, que la ansiedad nos supera, que la angustia de la incertidumbre nos persigue y el día se nos paraliza porque nada de lo que hagamos puede salirnos bien, porque nuestra cabeza se quedó ahí colgada y nuestros sentimientos alertas junto a nuestros sentidos. Todo está en off,nuestra vida y nuestro cuerpo...

Lo entiendo muy bien, lo viví también. Pero es bueno dominar toda esa inquietud de manera madura para dejar que los paños fríos aplaquen, que los corazones sientan y las mentes piensen para procesar, para no hacerse daño, para darse los tiempos necesarios aunque eso implique una agonía y un nudo en el estómago.

Mañana siempre es un buen día para mirar las cosas desde otra optica y aprovechar la marea baja que nos deja sorpresas en la arena y no nos inunda, que nos hace contemplar la calma del mar, nos hace ver las olas que fueron bravas allá muy lejos. Allí es donde las almas se encuentran en el silencio y se hablan al corazón con la sola mirada.

Un abrazo

Annabell Manjarrés Freyle dijo...

Jejej es cierto eso de que somos un teatro ambulante... pisamos nuestras mentiras y bailamos cuerpo a cuerpo sobre ellas muchas veces..

pero hay dias en que esas mentiras desaparecen del suelo. Esos días, son los mejores días.

saludos