Floto entre las constelaciones de lunares en tu espalda. Me refugio del frío y la frialdad del mundo, allí donde más se aglomeran. Navego entre cascadas de miel con forma de toboganes en tus cabellos. Me deslizo por ellos y soy niña otra vez. Soy la niña que de vos se enamoró. Sos esa mirada que me conquistó. Soy aquellas palabras que no comprendía del todo y se iban instalando tan dentro mío. Pedías permiso. Preguntabas constantemente.
Lo encontré en algún lado. Tiene varios meses ya. No sé cuántos.
9 comentarios:
El amor pasa sin que nadie lo note en el momento preciso de mágico a carnal y de carnal a mágico... Como que hacés mágia con las palabras...
Es interesante recordar lo que se amó intensamente, revela de lo que estamos hechos por dentro.
Saluditos...
La niña que se enamoró y la mujer que lo añora. Linda entrada
Saluditos
DTB
:)
coincido con Kiri, la niña que se enamoró y la mujer que lo añora.
Hermoso el texto, me dio algo de nostalgia!
Saluditos! Al!
¿lo encontraste en esos cuadernitos donde uno escribe cosas que después olvida? :)
Es muy bonito!! Esos momentos se vuelven mágicos e inolvidables cuando estás con aquella persona que te hace sentir única.
Te sigo!! :)
Me gusta eso de las constelaciones, las cascadas de miel, toboganes... Sobre todo lo de las cascadas y toboganes, me parece increíblemente original. Muy bonito :)
Saluditos.
Esas contelaciones que con el recuerdo se aglomeran en galaxias... Un abrazo,
Alejo
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