Hoy me di cuenta que hay cosas que todavía emocionan. Todavía existen esos pequeños gestos, esas pequeñas actitudes que parecían ya no tener sentido. Todavía me conmuevo, todavía me emociono aunque eso ya casi no sucedía. Pensé que todo había pasado, pero hoy volví a emocionarme con pequeñas cosas.
Me sentí cómoda en un sillón, aun estando un poco apretada de ambos lados. Me sentí integrada y tranquila. Agasajada y querida.
Sonreí de oreja a oreja con un mensaje de pocas palabras. Pocas, pero directas, que con toda la sinceridad me hicieron sentir importante, al menos para alguien.
Me emocioné junto con la mismísima Kate Winslet. Sonreí mientras ella lo hacía, y festejé su Oscar tanto como ella. A su vez, la sencillez, la madurez y la naturalidad de la gran Meryl Streep me conmovieron.
Reafirmé mi creencia de que las coincidencias no existen. Nada sucede por casualidad en este mundo.
Alguien se acordó de mí y de un acontecimiento con el que tengo que ver, y me lo hizo saber. Me alegré al sentirme presente en la vida de alguien.
Hoy la voz de Sarah Brightman pudo elevarme por los cielos. Aquellos perfectos acordes se metieron quién sabe por dónde y llegaron a tocarme el alma. Sentí el inmenso placer en la música una vez más.
Pude escribir algunas palabras, y me sentí plena nuevamente.
Estuve segura, una vez más, de que cuando algo no se da como queremos, siempre hay algo mejor esperándonos, aunque en ese mismo momento no lo podamos ver. Yo sé que siempre hay algo mejor. Y hoy lo corroboré, porque lo que viví fue mucho mejor.
Un abrazo me dio vida y me transmitió mucha energía y esperanza.
Conocí música nueva y volví a enamorarme de las canciones que con pocos segundos ya me gustan. Quien lo logró fue Josh Groban; me movió completa y me llevó a otra dimensión. Por mencionar un solo tema, menciono You Raise Me Up.
Leí palabras empapadas de emoción y sentimientos que supieron alcanzarme y generar antiguas sensaciones.
Después de un tiempo, sentí que estoy donde debo estar. Ya no me siento tan perdida. Mi camino se aclara de a poco. Hay cosas que podrán seguir difusas, pero sé que esto es mío, esta es mi vida y debo enfrentarla. Y los momentos difíciles, también tienen su lado positivo.
Vi sonreír a alguien, e hizo sonreír a mi corazón.
Una niña me preguntó qué sabores de helado estaba pidiendo, y cuando le dije que chocolate y dulce de leche (omitiendo las palabras “marmolado” y “granizado” para no complicarle el entendimiento ni hacer tan largo el mensaje), sonrió mostrándome su boca con pocos dientes y casi gritando me contó que ella había pedido los mismos. Miró a la chica tras el mostrador y le ordenó que a mí me sirva mucha crema chantilly.
Hoy volví a formar una sonrisa en mis labios mientras caminaba sola.
Son esos detalles que ya casi se perdían, pero siempre vuelvo a necesitarlos, siempre vuelvo a admirarlos y siempre vuelvo a encontrarlos. Son los que me hacen sentir viva y los que cada tanto me hacen renacer entre la bruma y la neblina de la vida que se desdibuja y se ensucia a cada paso. Son esas pequeñas cosas que iluminan de nuevo mi camino.
Escrito el lunes 23 de febrero a las 4 de la mañana, luego de un hermoso día, lleno de todo lo que mencioné y después de haber visto la entrega de los Oscars.
Me sentí cómoda en un sillón, aun estando un poco apretada de ambos lados. Me sentí integrada y tranquila. Agasajada y querida.
Sonreí de oreja a oreja con un mensaje de pocas palabras. Pocas, pero directas, que con toda la sinceridad me hicieron sentir importante, al menos para alguien.
Me emocioné junto con la mismísima Kate Winslet. Sonreí mientras ella lo hacía, y festejé su Oscar tanto como ella. A su vez, la sencillez, la madurez y la naturalidad de la gran Meryl Streep me conmovieron.
Reafirmé mi creencia de que las coincidencias no existen. Nada sucede por casualidad en este mundo.
Alguien se acordó de mí y de un acontecimiento con el que tengo que ver, y me lo hizo saber. Me alegré al sentirme presente en la vida de alguien.
Hoy la voz de Sarah Brightman pudo elevarme por los cielos. Aquellos perfectos acordes se metieron quién sabe por dónde y llegaron a tocarme el alma. Sentí el inmenso placer en la música una vez más.
Pude escribir algunas palabras, y me sentí plena nuevamente.
Estuve segura, una vez más, de que cuando algo no se da como queremos, siempre hay algo mejor esperándonos, aunque en ese mismo momento no lo podamos ver. Yo sé que siempre hay algo mejor. Y hoy lo corroboré, porque lo que viví fue mucho mejor.
Un abrazo me dio vida y me transmitió mucha energía y esperanza.
Conocí música nueva y volví a enamorarme de las canciones que con pocos segundos ya me gustan. Quien lo logró fue Josh Groban; me movió completa y me llevó a otra dimensión. Por mencionar un solo tema, menciono You Raise Me Up.
Leí palabras empapadas de emoción y sentimientos que supieron alcanzarme y generar antiguas sensaciones.
Después de un tiempo, sentí que estoy donde debo estar. Ya no me siento tan perdida. Mi camino se aclara de a poco. Hay cosas que podrán seguir difusas, pero sé que esto es mío, esta es mi vida y debo enfrentarla. Y los momentos difíciles, también tienen su lado positivo.
Vi sonreír a alguien, e hizo sonreír a mi corazón.
Una niña me preguntó qué sabores de helado estaba pidiendo, y cuando le dije que chocolate y dulce de leche (omitiendo las palabras “marmolado” y “granizado” para no complicarle el entendimiento ni hacer tan largo el mensaje), sonrió mostrándome su boca con pocos dientes y casi gritando me contó que ella había pedido los mismos. Miró a la chica tras el mostrador y le ordenó que a mí me sirva mucha crema chantilly.
Hoy volví a formar una sonrisa en mis labios mientras caminaba sola.
Son esos detalles que ya casi se perdían, pero siempre vuelvo a necesitarlos, siempre vuelvo a admirarlos y siempre vuelvo a encontrarlos. Son los que me hacen sentir viva y los que cada tanto me hacen renacer entre la bruma y la neblina de la vida que se desdibuja y se ensucia a cada paso. Son esas pequeñas cosas que iluminan de nuevo mi camino.
Escrito el lunes 23 de febrero a las 4 de la mañana, luego de un hermoso día, lleno de todo lo que mencioné y después de haber visto la entrega de los Oscars.
6 comentarios:
Es increíble como se está manifestando en muchas personas a la vez esto del significado de las coincidencias..... de que no son tales.
Me pasaron la data de un libro que habla un poco de eso y ayer ya me sumergí, la 9° profecía.
Por otro lado, que bueno que hayas disfrutado de tu propia sensibilidad.
Happiness is a warm gun.
A mi los Oscar´s solo logran dormirme, de hecho no creo que alguna vez los haya visto. Pero que Kate Winslet sea premiada me encanta.
Que lindo escritora que las pequeñeces de esta vida, que al final son los mas importante, te sigan emocionando.
=)
wow, cuantas cosas.
Habemos muchos que vivimos por las emociones cotidianas, pequeñas de todos los dias...
son los detalles, los que definen las caracteristicas generales de la vida.
un abrazo!
Muy lindo. Me alegro por ti.
Saludos.
ya te mencione una vez en tu flog que para tampoco existen las casualidades, todas las cosas pasan por "algo". Y realmente me emosiono lo que escibiste Vale, es que recorde una pequeña cosa que hace muy poco me toco el corazon, una cancion "Your Song", que mientras veia Casi Angeles (si, veo Casi Angeles), me hizo recordar a personas tan especiales...y sin quererlo se me "pianto un lagrimon"...
un beso grande grande!!
Vale me pase por acá y comento aquí. Me encantó! Me transmitiste esas emociones, genial! Me hizo acordar a cuanto me gustaba volver caminando del colegio y sentir los pajaritos y ver las copas de los árboles, o quizás esos momentos que Sabato me acompañaba en el camino a casa.
Te dejo un abrazo amiga
Besos
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