Caminaba a paso ligero debido al frío que cada vez hacía agujeros más grandes en mi buzo y estremecía mi cuerpo. Caminaba absorta en mi mundo, como siempre, sin prestarle atención a todo aquel que tenía cerca. Caminaba pensando en el dolor punzante que estaba sintiendo en el empeine de mi pie derecho. Pensaba en el por qué de aquel dolor que me impedía caminar a la velocidad que realmente me hubiera gustado ir para llegar lo antes posible donde alguien pueda remendar los agujeros causados por el frío. Caminaba sola, metida en mi mundo, sin escuchar a nadie, abriéndome paso entre la multitud veraneante lo más rápido que podía. Entre rostros anónimos, cuerpos desconocidos, gente. Gente y más gente. Voces que jamás escuché. Pero todas las voces eran un solo murmullo que mi cabeza no intentaba descifrar y hacía lo posible para enmudecerlas. Me gustaba eso de sentirme “nadie”. No, me corrijo: no me sentía nadie. Me sentía yo. Sentía lo que llevo dentro, lo que soy. Me sentía completa… los demás eran nadie. Eran miles de “nadies” en un murmullo colectivo.De repente una vocecita aguda, de niña, de nena pequeña resaltó entre las miles de voces que me rodeaban y fueron las únicas palabras que pude escuchar claramente de todas las personas cerca mío. De los labios de la nena (supongo, porque no la vi) salieron con el tono más dulce, convincente, convencido: “¿Quién quiere aprender a volar así?” En ese momento que terminó de pronunciar “así” y terminó la dulce entonación que le dio a la pregunta, mi mente comenzó a volar. No sé si de la forma que ella proponía enseñar, pero definitivamente, volé. Un mundo de niños volando, impulsándose con sus brazos en el aire, colgados de globos y barriletes se me presentó justo delante de mí. Yo también volaba. La niña me había enseñado a volar de esa forma tal cual lo proponía. La misma nena que dijo esas sabias palabras que me remitieron a otro mundo, a otra esfera de la realidad, me enseñó a volar y yo aprendí. Y volé con miles de niños, y fui una niña más. Y creo que todavía lo soy. No tuve el valor de darme vueltas para ver a la nena que me había llevado a ese mundo. Darme vueltas, porque después de unos segundos de imaginación, la nena que pronunció sus palabras al lado mío, ya estaba detrás de mi espalda y acompañada por mucha gente seguramente. No tuve el valor, ni las ganas, ni el tiempo. Me había sumergido en otro universo y sabía que darme vueltas significaba abandonar ese mundo para intentar visualizar un pequeño cuerpo de mujer, que quizás, entre tanta gente grande, no lo encontraría jamás. Darme vueltas significaba tener que pensar en otra cosa, buscar otros detalles, volver a la realidad, a la vereda, a la calle, a la multitud, a las voces. Aunque luego lo intentase, la nena ya estaría muy lejos, ya se había ido el momento justo. Y no quería. Quería volar por siempre. Volar, volar, muy alto, más alto, cada vez más alto. Donde nadie pueda encontrarme, donde ningún grande pueda llegar. Volar con los niños, volar de la forma que la nena me enseñó. Darle la mano, agradecerle por tan grato regalo. Volar de su mano, volar con mi maestra. Volar.
Nena desconocida, pero que tanto te imaginé, gracias por decir esas palabras, por encargarte que sea lo único que escuche entre tanta gente y tantas voces. Gracias por este párrafo que escribí gracias a vos – valga la redundancia. No sé quién sos, no sé cómo te llamás, de dónde, tu edad. Nada. Sos una persona más seguramente… pero para mí fuiste distinta. No sé a qué te referías con esa pregunta, no sé a qué tipo de vuelo, ni a quién le estabas dirigiendo esas palabras. Sólo sé que me metí en esa conversación, todavía no entiendo por qué, si mis oídos estaban programados para no escuchar nada. No pude ver tu rostro, no te voy a reconocer si te vuelvo a ver entre estas calles tan lejos de las mías… pero te agradezco de todas formas. Volar, querida amiga es hermoso. Siempre intentá volar. Alto. Muy alto.
Escrito: 22/01/08
2 comentarios:
vale!!!como te explico q me conmovio...!no digo mas pero me gustaria poder escribir asi...te mando un beso grande....se te kiere...
valeee!! gracias!!
ahh te digo algo eso del cumpleaños atrasado SI VALE!! ;)
jaja
che te digo que estuve leyendo el relato anterior a este y esta muy lindo la verdad..
me dejaste con las ganas de playa .. este año se podria decir que el destino no quiso que nos vayamos de vacaciones.. desp te cuento jeje
bueno che .. gracias por pasarte por mi blog.. y si espero que nos veamos ..jeje
me voy
besosss
cuidate
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