- Le metamos pata que es tarde.
- Sí, yo tengo que estar a las 10 de la noche en el centro.
- Y yo en el Portal a esa hora.
- Yo tengo un casamiento y mi novio no sabe que me vine para acá.
- Chicos, me cayó una gota.
- Sí, llueve, pero poquito. Los árboles nos tapan.
- Bueno, dale, vamos que se va a largar fuerte.
- ¡Yo no pienso bajar si llueve!
- Bueno, pero puede ser peligroso.
- ¡¡Me *%&$* &/ *3$”&!! ¡Yo voy a llegar arriba!
- ¡Vamos que se nos va la luz!
Caminamos y caminamos, entre algunas pequeñas gotas que se filtraban por las hojas de los árboles. Nubes negras sobre los árboles, y algunas zonas con más luz. Truenos en nuestros oídos, y algunas quejas.
- ¡Ya estoy muerta!
- ¡Dale vieja! ¿No lo subías en 45 minutos vos?
(Risas)
- Che, ¿no pasa un colectivo por acá?
- Dale, metéle, dejá de quejarte.
Y entre botellas de agua, algunas resbaladas, juguito, una víbora que se cruza en nuestro camino y telarañas, llegamos los seis, enteros, a la luz. Guerra de excremento de caballo, un par de piedras demostrando nuestra mala puntería por más que juguemos al softbol, y trotando hasta el lago de la muerta Ciudad Universitaria. Allá nos esperaban con galletas, caramelos y jugo, cinco chicas que previamente habían rechazado nuestra invitación (subieron en auto) y no nos creían que subiríamos. Pero ahí estábamos, elongando un poco las piernas, comiendo su merienda, mientras nos tiraban espuma jugando al carnaval. Total, ya estábamos todos transpirados... quizás la espuma limpiaba un poco nuestras ropas. Entre bromas y espuma, una sufrió el chapuzón en el agua podrida del lago.
Emprendimos el regreso por el sendero Rápido, y apenas nos metimos en los árboles quedamos envueltos en una espesa neblina que volaba rápidamente y nos oscureció el camino.
- ¡A meterle que ahora sí se nos hace de noche!
- ¿Vamos corriendo?
- Dale, corriendo todos, pero ojo con resbalarse que está barroso y con embalarse.
Y corrimos cuesta abajo. Y me sentía Hugo de “A Jugar con Hugo”. Iba rápido y tenía que ir atenta para agachar la cabeza cuando haya una rama baja (¡presioná 8!), saltar en los troncos (¡dale, apretá 2!), el cuerpo hacia la derecha (¡6, 6!) o hacia la izquierda (¡4, dale, 4!). Todos los movimientos, hasta que me resbalaba, me embarraba un poco, arriba y de nuevo a la velocidad.
Por fin desembocamos en el río y la lluvia ahora sí era fuerte. Una parada. Celulares, billeteras y cámaras de fotos en una bolsa plástica, y a correr que no nos queda mucha luz y nos mojamos cada vez más. Mi remera ya estaba mojada íntegra y yo seguía cuidando las zapatillas de no meterlas en el río... hasta que la lluvia era tanta que tenía hasta la ropa interior empapada. La gorra chorreaba agua por los extremos de la visera.
- ¿Che, por acá es?
- Estamos perdidos, no está la salida.
- Ustedes sigan tranquilas, a algún lado vamos a salir.
Más agua, menos luz, más truenos, y ya nada de batería en mi teléfono. Mamá y papá seguramente hablando desesperados. La remera me pesaba, y en la mochila llevaba ropa muy mojada ya, y una botella vacía. Mis pies eran difíciles de levantar, me ardían por caminar sobre humedad y el arco de la plantilla ya me había sacado una ampolla. Las piernas ya no me respondían como antes y empezaba a tener miedo. Cada vez veíamos menos.
- Che, no se ve ninguna salida por ningún lado.
- Sigamos, sigamos, que a algún lado salimos.
- Qué mal los guardaparques, ¿para qué mierda piden nuestros teléfonos si ni nos hablan con tremendo diluvio?
- Seguro que están cada uno en su casa viendo tele con un café con leche calentito.
Y nosotros cada vez con más frío, cada vez más pesados, y con más miedo. Tropezones entre las piedras, relámpagos que nos iluminaban el camino, las zapatillas llenas de abrojos, las piernas raspadas, la lluvia haciendo mucho ruido, golpeando nuestras cabezas y de repente:
- ¡Ahí está la entrada a la Puerta del Cielo!
- ¡Bien! Entonces más allá tiene que ser la salida.
- Sí, vamos, ya no nos falta nada.
Unos metros más y salimos del río, trepamos esas piedras y estábamos de nuevo en los autos. Era de noche, estábamos chorreando agua por todos lados y teníamos frío. Bajo la lluvia no elongamos mucho, y a mojar los autos nomás con tal de llegar rápido a casa. Pero la ciudad estaba inundada y no podíamos ir a cualquier lado. A mi casa, por ejemplo, no. Entonces tuve que esperar hasta que me buscaron mis padres cuando ya había menos agua en los ríos de calles. Y todavía me miran con cara de compasión, mis zapatillas llenas de abrojos, esperando que le desprenda, uno por uno, todos esos bichos extraños que las atacaron.
Créditos de la segunda foto: Caro Krapo.
12 comentarios:
Eso fue un poco imprudente Vale!Me hicieron reir los dialogos.Besos.
Precisamente por que es imprudente, es exitante...
Aventura. es un buen sentido para vivir... Nos hace sentir vivos y hasta podría decir que llegamos a un estado de éxtasis cuando logramos nuestros cometidos aunque vayan en contra de lo "Normal". Eso es vivir...
Me encantó eso que hicieron! Saludos guapa!
aaaaaa pero que lindo...seguro yo me muero jajaja...pero que divertido es aventurarse ;)
Que linda aventura, o asi vives a diario? me encantó tu entrada
Y bueno ... más allá , habra que quedarse con los resultados : las risas, y las buenas fotos.
Un beso Vale.
¡Que aventura!
Ring ring _ HOla!
_ Hola, ¿Dónde estás? ¿Te estás mojando?.
_ Ni ahí!, aquí no llueve.
_ Bueno, avisame apenas bajen porque aquí ya está lloviendo.
... Más tarde...
Ring.. ring... ring.. ring..
... Más tarde...
Ring.. ring.. ring.. Usted se ha comunicado.. (putaedas)
Ring.. ring... ring... Usted.. HOla Val, me preocupa que desde aquí el cerro se ve oscuro y lluvioso, bien puedas llamá.
... Más tarde ...
Ring.. ring.. ring...
La Val salío temprano al cerro a caminar, debe estar toda mijada, habrán ido en vehículos? Tendrán abrigo? Se habrán caido? Se habrá quebrado una pierna? Se habrá clavado un palo? La habrá picado una víbora?... (grocerías) NO tengo auto para buscarla, no me atiende el teléfono. Llamo a su mamá?
... Más tarde ...
Ring .. ring... ring... Su mamá.. Atiendo? Y si me dice que se murió?
_ HOla (tembloroso).
_ HOla jajaja, estoy mojada, jaja, recién vengo jajaja, no tenog bateria jaja...
tu tu tu tu tu...
Que linda tarde, que buena aventura.. No me simpatiza!! :(
Qué gran historia!
Llegué a tu blog casi por casualidad, leyendo otros. Sinceramente me ha gustado mucho tanto lo que escribiste como el blog en sí, me voy a seguir leyendo! Y nos mantenemos en contacto :)
Te invito a que veas Lujuria de hotel~ quizás te guste. Suerte, y no dejes de escribir.
Vaya una aventura. Te digo, igual, que para ángeles de la guarda, yo me quedo con la contra-versión de HUGOlina :P
un beso
¡Menuda aventura!
Bueno... al menos, no parece que pasaráis mucha sed, además con todo ahí aiguado XD... A mí me pasó que iba con mi hermano y su mujer de senderismo por un caminito... Es que aquí hay una excursión, por decirlo así, con sentido religioso, muy famosa, que se llama El Camino de Santiago. En ella se puede ¡partir desde varios sitios de España (hay varios caminos para ello, ya preestablecidos). La meta de es Santiago de Compostela (al noroeste del país, en Galicia). Debe de ser duro: hay que ir andando, nada de coches ni otros transportes. Pueden ser cientos de Km. los que tengas que ir haciendo a pie, en varios días y vas por ahí , durmiendo en albergues... Pues un día, haciendo senderismo con mi hermano y su mujer, dio la casualidad de que nos encontramos uno de esos caminos, que partía algún pueblo de Alicante. Hacía calor... Y nos embaucamos ahí... Bebíamos, porque pasábamos mucha sed, pero, llegó un momento en que nos quedamos sin agua. Estábamos perdidos en medio de la nada, con una sed que nos moríamos y ese camino, que parecía que no pasara nunca por ningún sitio poblado... La mujer de mi hermano decía:
- Comed los tallos de las plantas, que tendrán algo de agua- pero, ¡bah!, apenas tenían algo de agua, por no decir nada, y sabían a plantas, como es natural... Menos mal que al final, de no sé cuánto tiempo caminando, llegamos a un pequeño grupito de casitas... Ahí había un bar... Compramos por lo menos 3 botellas de litro y medio y nos las bebimos casi todas, así que imagina... XD
Esto tb me recuerda a una lluvia que hubo muy fuerte en mi ciudad. La verdad es que yo nunca había visto nada igual. Pájaros tb muertos por las aceras... Plazas que parecían islas... agua que te llegaba incluso por las rodillas (según por donde andaras...) y no paraba de caer y de caer agua, encima... YO me atreví a salir de donde estaba y no veas... Tuve que dar más rodeos para llegar a mi casa... Estaban todas las calles ahí cortadas,que ni se podía andar... Alcantarillas por ahí levantadas... Al final conseguí acercarme a mi casa, la estaba viendo enfrente mío pero, ya no me podía acercar más sin arriesgarme... Si vieras que frustración... Estar viendo tu casa y no poder cruzar sin algún peligro... Al final, me atreví, me arriesgué: además es que me llamó mi madre por el tel... y me dio ánimos para que cruzara... Y vi a unas en ese momento que por un sitio parecía que sí que podían cruzar y así, copiándolas, y animada viendo que a ellas no las pasaba nada cuando estaban cruzando, llegué a mi casa ¡Al fin!
Saluditos.
Esa imprudencia yo tambien la cometi... Pero no termino asi... Solo nos caimos en el lodo unas cuantas veces, regresamos al auto y de ahi a casa... Nada del otro mundo... (Pero luego tuvimos que lavar el auto... estaba lleno de lodo... Nunca quedo igual..)
Gracias por haber pasado a mi blog hace tiempo, y lamento que fuera cuando yo estaba ausente. Me alegro en decirte que regrese! Y que puedes pasar cuando gustes.
Un abrazo!
Genial relato..! que mal que la pasan por acullá. Yo quiero aventura! Me encanta lo que escribís Vale sos una genia! Es buenísimo todo el blog! :)
Besotes que andes más que bien!
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