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http://picasaweb.google.com/valebecker90
Hay gente útil para algunas cosas… otros para otras…
Hay gente que no sabe silbar de ninguna de las formas… qué curioso, seguramente servirán para otras particularidades. Yo sé silbar del método normal diríamos, y además estirándome el labio inferior con los dedos y aspirando aire con fuerza. Metiéndome dos dedos en la boca, no puedo. De esta última forma nunca pude.
Puedo enrollar la lengua dándole forma de U, puedo girarla para un lado y para el otro, pero no puedo hacer “la ola” ni “la flor” con ella.
Tengo dedos nudosos, largos, y hasta varias veces catalogados de deformes… y eso me da otras cualidades! Puedo doblar todos los dedos en el hueso más chiquito y de más arriba, es decir del último nudillo de cada dedo. Además mi pulgar, al hacer la seña de “OK” o “todo bien”, puede doblarse hacia atrás y adquiere un ángulo de 90º.
Puedo juntar dedo índice y mayor y separarlos del anular unido al meñique con toda facilidad y sin tener que pensarlo. No sé si es cualidad de mis manos, o de algún rincón de mi cerebro.
Puedo cruzar la calle masticando chicle. Bueno, eso creo que no es tan especial.
A veces juego al tenis masticando chicle y siempre quedo con una duda: ¿lo mastico mientras voy corriendo o pegándole a una pelota? Nunca puedo saber la respuesta porque cuando digo “ahora me voy a fijar bien” empiezo a correr tras la pelota y me concentro en eso, y no en el chicle. Entonces no sé si mientras me concentro en el deporte, el chicle simplemente queda inmóvil en mi boca, o si sigo masticándolo.
Algo que no puedo es leer o escribir mientras escucho música. Me desconcentra, estoy pendiente de una o de otra y nunca da buenos resultados y necesito mucho más tiempo y esfuerzo.
Puedo atarme los cordones de las zapatillas con los ojos cerrados.
Pero hay algo que no puedo y me vuelve loca porque nunca supe de alguien más que no pueda, y es retener el dentífrico y la espuma que se genera en mi boca mientras me lavo los dientes, precisamente, dentro de ella. Nunca puedo, nunca, siempre se me cae de la boca. Obviamente no soy de esas personas que caminan por la casa cepillándose los dientes, porque, lógicamente, dejaría todo el suelo de la casa blanco. Pero bueno, lo hago sobre la piletita del baño y no ensucio nada, claro… pero siempre me intrigó poder tener ese superpoder de mantener el dentífrico dentro de mi boca y que sólo caiga de ella cuando yo lo desee.
No me quejo, en lugar de esa habilidad, tengo otras habilidades genéticas e inútiles, pero que llaman la atención tanto como para que nos pasemos varias horas de nuestras vidas comparándonos con otras personas para ver quién puede hacer una cosa y quién no. Y hasta cuando las poseemos nos sentimos más importantes. No nos sirven de nada, admítanlo. Pero aún así, ¿quién no se comparó con alguien en estas habilidades o habló de estas cosas? Miren, yo hasta lo estoy escribiendo.
Es toda una cosa loca, una mezcla de sentimientos. ¿Miedo? ¿Nervios? ¿Impresión? No sé exactamente… esta semana estuve muy tranquila, creo que fue porque no tuve tiempo de pensar en nada. Anduve con tantas cosas, toda la semana a full, que no tuve el tiempo de meditarlo… Y anoche sí. Anoche caí que hoy era. Pero no del todo. Hoy fue algo más raro todavía, cuando salía, sola, de la facultad, sin más nada por delante. Lo único que faltaba era esperar… esperar al enfermero para que me inyecte el corticoide, esperar el almuerzo (tratar de comer algo y tomarme dos comprimidos de no me acuerdo qué droga) y esperar el turno que está pactado para las 3:15 exactamente. Ya no tenía más nada. Todas mis actividades que me estaban distrayendo o deteniendo un poco habían terminado y la hora había llegado. Y estaba sola.
Chau mis queridas (odiadas).
Chau mis lectores, acaba de llegar el enfermero y son las 12:45. Sí, fue puntual.